Dulce desierto

El Padre Dariusz Kapinski pasó unos meses a finales de 2009 en Jerusalén y en Tierra Santa. Un tiempo de formación, un tiempo de profundo cambio en su ser: volvió cambiado.

Desde el primer momento decidió enviar a sus amigos en Polonia un correo electrónico diario, informando sobre su estancia y sus descubrimientos. Lo hizo con gran regularidad. Sus historias eran agradables, porque estaban escritas en un estilo espontáneo y alegre, pero también lleno de poesía y profundidad. Así nació la idea de reunir estos textos en un libro.

El libro se presenta como un diario de un viaje a Tierra Santa. Pero el autor no sólo describe sitios. Cuenta su viaje interior y las atmósferas que percibió con todos sus sentidos en alerta. Atmósferas muy contrastadas.

Tienes que ir a lo profundo de ti mismo para alcanzar la esencia de la Tierra Santa. El Padre Kapinski evoca las luchas casi diarias que tuvo que librar para encontrar el silencio y la paz, con el fin de llegar a los lugares donde el corazón desea encontrar el rastro de luz dejado por la Revelación divina. Estas luchas lo transformaron, tanto que los cuadernos del sabático se convirtieron en el diario de un viaje interior.

También están los contactos, que el abad ama tanto como el silencio, en un hermoso equilibrio. Entre todos ellos, el de Shady, un joven minusválido conocido en la ciudad portuaria de Haifa, es magnífico.

Me gustaría dar las gracias al padre Kapinski por su hermoso testimonio en los caminos de Israel. Kapinski por su bello testimonio en los caminos de Israel, y para subrayar su fuerte profesión de fe: "Oh Cristo, eres el único que no quiero perder. ¡En ti lo tengo todo!"

Marc Donzé, vicario episcopal, Friburgo...

(Extractos del prefacio)