La devoción a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo

"La devoción a la Preciosísima Sangre es un medio para glorificar a Dios por la inmensidad del amor que nos ha mostrado al darnos a su Hijo unigénito en la Cruz. Es un medio infalible para obtener la inagotable misericordia de Dios de la fuente de nuestra salvación. Ninguno de los que se consagran a las Llagas y a la Preciosa Sangre de Jesús puede perderse... Fijar la mirada en el Señor en la Cruz nos desafía a compartir sus virtudes, a vivir para la gloria de Dios, a erradicar el egoísmo de nuestra existencia y a ser fieles a la verdad de Dios y a sus mandamientos, si es que morimos por ello". + Ayo-Maria Atoyebi, O.P., obispo de Ilorin, Nigeria.

En 1995, exactamente a las 3 p.m., la hora de la Divina Misericordia, Nuestro Señor Jesucristo llamó a Bernabé. Le suplicó que lo consolara y adorara su preciosa sangre. Un año después, en una visión, le dio el Rosario de la Preciosa Sangre y todas las oraciones que lo componen. Las oraciones, himnos y estribillos, así como las instrucciones que le han sido dadas directamente por Nuestro Señor, por Nuestra Señora, los Ángeles y los Santos, desde 1997 hasta hoy, constituyen la devoción a la Preciosa Sangre propuesta en este folleto, el original en inglés fue publicado con el Imprimatur de Mons. Atoyebi, Obispo de la Diócesis de Ilorin, Nigeria.