La Gran Cruzada de Amor

El 9 de marzo de 1995, en la ciudad boliviana de Cochabamba, el busto de un Cristo de yeso sangró más de doscientas veces. Después de recibir el informe científico (sangre humana que contiene la punta de una espina), el arzobispo local, Mons. R. F. Apaza, autorizó la veneración de la estatua y, para el segundo aniversario, presidió las celebraciones en la catedral.

En la misma ciudad, una humilde sierva de Dios, llamada Catalina, recibe los estigmas de Jesús, que aparecen el jueves por la noche, se manifiestan con gran dolor el viernes y desaparecen el sábado.

Catalina recibe mensajes de Jesús que expresa su amor por Bolivia y por el mundo y busca el apoyo de sus hijos para difundir un nuevo aliento de reparación a través de las naciones: "La Gran Cruzada de Amor".

En estos mensajes Jesús explica:

"Hija mía, habrá que hacer una gran campaña, una cruzada de expiación y penitencia. El mundo debe prepararse para resistir los asaltos de la Bestia. La Bestia se está preparando para la gran tribulación. Y el universo llorará lágrimas de sangre... Debemos comenzar la cruzada sin demora. La humanidad lo necesita. Debemos rezar y expiar por la gente que me ha olvidado y sembrado odio y violencia." (CA 32)

"Estos mensajes serán recibidos como un rayo de luz y como un latido de mi corazón... Serán como una nueva y reciente revelación de mi inmutable amor por la humanidad, como una llamada a todos para volver a mi corazón que anhela amor..." (CA 180)

"Antes de que el Señor encienda el mundo con el fuego de su ira, los buenos deben encender el fuego del amor en los corazones de sus hermanos. Por eso es urgente instruir a tus hermanos. Es una responsabilidad que recae sobre cada alma. Que el mundo entero proclame el amor del Creador por su criatura... La hora es grave, el peligro es inminente. ¡Sólo el amor puede salvar el mundo!" (CA 173)

La versión original en español de estos mensajes apareció con el Imprimatur del Arzobispo René Fernández Apaza de Cochabamba (Bolivia).