Dijon. Tiene veintiséis años. Murió verdaderamente consumida por el amor a Cristo, después de meses de sufrimiento físico y moral. Nacida en Bourges en 1880, primer premio de piano a los trece años, esta joven artista es también una amiga incomparable de su familia.
Entró en el Carmelo de Dijon el 2 de agosto de 1901 y allí floreció en el silencio de la contemplación, irradiando la felicidad del olvido total de sí misma. Después de una noche espiritual, hizo su profesión religiosa en 1903, y el 21 de noviembre de 1904 escribió su oración "Dios mío, Trinidad a quien adoro", que desde entonces se ha celebrado en todo el mundo cristiano. Juan Pablo II la beatificó el 25 de noviembre de 1984. "La estructura de su universo espiritual, el contenido y el estilo de su pensamiento teológico son de una densidad y consistencia indefectible" (Mans Urs von Balthasar).
La paleta (la doctrina espiritual es amplia, de una rara riqueza y de gran actualidad. Ella es "una guía segura" (Juan Pablo II) para aprender a vivir en íntima comunión con Dios en el corazón de la vida cotidiana moderna. Es un ejemplo de un amor que trae una felicidad profunda y duradera. En el diálogo interreligioso contemporáneo, ella es un testimonio extraordinario de la Trinidad, y esta gran biografía permitirá al lector descubrir el corazón mismo de esta simpática, sensible y cercana personalidad.
Poderosa profetisa de la Presencia de Dios en todo ser humano, Isabel invita a los peregrinos del Absoluto a abrirse locamente "a la Luz, al Amor, a la Vida".
